Oraciones y Reflexiones Católicas

¡Detente! por el Amor de Dios

¡Detente! por el Amor de Dios.- Francisco y Pedro eran dos vecinos que se dispusieron a ir de vacaciones para escapar de la rutina de la ciudad.

Cada uno se marchó en su Auto, Francisco vio como Pedro de pronto aceleró y se fue desapareciendo a la distancia por la carretera. “Lleva mucha prisa por llegar” pensó Francisco y sin darle mayor importancia él continuó su camino a buena velocidad pero con calma, parándose a recargar gasolina de vez en cuando, a estirar las piernas, a comer algún bocadillo por el camino, feliz, disfrutando de los hermosos paisajes que encontraba a su alrededor.

Habían pasado ya 4 horas de viaje y de pronto Francisco vio que a lo lejos había un auto detenido sobre la orilla de la carretera con las luces de advertencia encendidas y un hombre parado al lado del coche, conforme Francisco se fue acercando a aquel auto pudo ver con sorpresa que se trataba del auto de su vecino Pedro, en un acto de solidaridad se detuvo a ver qué es lo que había pasado.

Francisco encontró a Pedro frustrado y estresado, y le preguntó lo que había sucedido, Pedro dijo que tenía mucha prisa por llegar a la playa, tanta prisa que nunca se detuvo a cargar gasolina ni a verificar si su auto necesitaba agua o aire en las llantas, por la prisa que llevaba ni siquiera había admirado los bellos paisajes a su alrededor y estaba hambriento porque no se había detenido ni siquiera para comer algo.

Reflexión: En esta vida moderna en la que vivimos tan de prisa con frecuencia nos pasa lo mismo que a Pedro todos los días. No nos detenemos ni siquiera un pequeño momento a cargar nuestro “tanque de fe”, no paramos a admirar y a darle gracias a Dios por las Grandes Bendiciones que tenemos en la vida como lo son: nuestra familia, un techo para vivir, comida para alimentarnos, quizá un coche para transportarnos, a dar gracias por nuestra salud, en fin.

Así como Pedro, pasamos desapercibidos todos estos maravillosos regalos por la prisa de vivir, sin darnos cuenta de que debemos disfrutar de cada momento “La felicidad es un trayecto no un destino”

No te quedes a la orilla del camino de la vida, frustrado y estresado, mejor haz esas pequeñas pausas por el amor de Dios para recargarte de él, con una oración, para respirar profundamente, para contemplar los pequeños y hermosos detalles que existen en tu entorno. Y si te es posible haz pequeños actos de solidaridad como brindar una sonrisa, una palabra de aliento, un abrazo, un saludo, proyecta el Amor de Dios a través de ti.

Oración: Mi amado Jesús, tomo un momento de este día para darte gracias por tu Gran Amor y Misericordia, le pongo un alto a mi mente acelerada y a mi corazón que lleva mucha prisa por vivir, por hacer, por experimentar. Me detengo un momento para poner todo en tus manos, pues sé que tú me llevarás por el mejor de los caminos, el camino que más me conviene.

Hoy pongo un alto a buscar la felicidad en las cosas externas, en lo material, sé que la felicidad
verdadera, la felicidad que perdura viene solamente de mi interior y yo permito que habites en mi, pues de este modo disfrutaré cada paso, cada logro, cada cosa por sencilla que sea me hará feliz, pues la felicidad eres Tú mi Señor, hoy me detengo por el amor de Dios, Amén.

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Que Dios te Continúe Bendiciendo y recuerda, Detente un momento para orar todos los días por el Amor de Dios 😀

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